Uno de cada cuatro ancianos padecen esta enfermedad, que consiste en la dificultad para digerir y alimentarse con normalidad. Si eres cuidador de un anciano o tienes un familiar que pienses que pueda tener disfágia, ¡quédate que te mostramos todo lo que hay que saber!
¿Qué es la disfagia?
La disfagia es la dificultad de ingerir alimentos, tanto en estado sólido como líquido. Si nos basamos en su significado médico, la disfagia en ancianos se define como la imposibilidad de pasar la comida desde la boca hasta el estómago.
La deglución es un reflejo que empuja los alimentos desde la boca hasta el estómago, una consecución de actos muy específicos que comienzan voluntariamente, pero que concluyen de manera involuntaria. De este modo, la disfagia afecta a este reflejo, siendo la sensación más común la de tener los alimentos atragantados sin que el organismo en el proceso involuntario, del que antes hablábamos, actúe.
Riesgos de la disfagia en ancianos
Los pacientes con disfagia corren el riesgo de sufrir atragantamientos o aspiración involuntaria de alimentos por canales que no son los correctos, un riesgo muy grave y que puede provocar afecciones que hay que tratar urgentemente.
La disfagia en ancianos es una enfermedad que suele ir de la mano del alzheimer o el parkinson que, por sí solos, ya afectan a la deglución y a la digestión. Esta afección, puede llevar a complicaciones que se convierten en riesgos si el paciente es un anciano.
Algunos de los riesgos más importantes son los siguientes:
- Desnutrición
- Deshidratación
- Infecciones respiratorias, como neumonía
- Atragantamiento
Tipos de disfagia
Según la parte del cuerpo donde se produzca la alteración disfágica, se denominan de una forma u otra.
- Disfagia orofaríngea: como su nombre indica, se produce en la faringe y por tanto afecta a la primera fase de la deglución; es decir, en el paso de los alimentos desde la garganta hasta el esófago. En los casos leves puede provocar tos; sin embargo, en los casos más graves la comida se puede desviar hacia la tráquea, produciendo atragantamientos.
- Disfagia esofágica: en este caso, el primer paso de la deglución se hace sin problema. Sin embargo, el bolo alimenticio no logra pasar del esófago al estómago. En los casos más graves produce vómitos continuos, lo que puede llevar a la desnutrición y a la deshidratación.
- Disfagia mecánica: está relacionada con alguna malformación o problema físico. Se da, sobre todo, en los casos en que existan procesos tumorales en la zona faríngea.
- Disfagia neurológica: es el menos común, pero el más complicado de frenar o tratar ya que se produce tras un trastorno neurológico causado, por ejemplo, por un ictus o una enfermedad degenerativa.
Causas de la disfagia en ancianos
La alimentación en personas mayores es muy importante, tanto que esta puede hacer que un paciente mejore o empeore dependiendo del tipo de alimentos que consuma. Como hemos comentado anteriormente, la disfagia en ancianos puede ir acompañada de otras enfermedades, generalmente degenerativas, como son el alzheimer o el parkinson.
Sin embargo, no todos los casos son así y a continuación te vamos a mostrar algunas de las principales causas de la disfagia en ancianos.
- Pérdida de piezas dentales.
- Pérdida de movilidad.
- Disminución de la masa muscular.
- Menor producción de saliva.
- Estrechamiento de la faringe.
- Efectos secundarios de la medicación.
- Daño neurológico.
- Tumores faríngeos.
Síntomas de la disfagia en la tercera edad
En su aparición es muy difícil de diagnosticar, puesto que los síntomas pueden confundirse con un proceso degenerativo. Sin embargo, si eres cuidador debes saber cuáles son los síntomas de la disfagia para poder dar aviso a un especialista cuanto antes.
Los principales síntomas de la disfagia en ancianos son:
- Tos seca
- Dolor al tragar
- Náuseas que acaban en vómito
- Sensación de atragantamiento
- Mal aliento
- Ronquera
- Acidez estomacal
- Comer muy despacio
- Babeo
- Sofocos durante la comida
- Reflujo
¿Qué hacer si pensamos que un anciano tiene disfagia?
Estos son solo algunos de los síntomas, pero hay que recordar que cada persona es un mundo y que se debe vigilar mucho a las personas mayores para localizar cuanto antes qué les ocurre.
Lo primero que hay que hacer es acudir a un especialista para que pueda dar un diagnóstico correcto y basado en pruebas. Sabemos que es muy complicado ser cuidador, así como controlar la medicación de la persona mayor, pero es imprescindible para un rápido diagnóstico.
Complicaciones de la disfagia en ancianos
Como en todas las enfermedades, una pronta detección es primordial para evitar que las consecuencias en las personas mayores sean muy graves. Como hemos indicado anteriormente, la detección es complicada porque se presenta en su primer estadio como una tos espontánea mientras se produce el reflejo de deglución, pero es imprescindible se haga un rápido diagnóstico, ya que puede agravarse de manera muy rápida.
Las principales complicaciones que puede causar son la desnutrición y la deshidratación, provocadas por la imposibilidad de tragar. Esto es una gran complicación; sin embargo, hay otras que son igual de graves: la aspiración de alimentos que producen una infección respiratoria, como la neumonía.
Recomendaciones alimentarias para ancianos con disfagia
Dependerá siempre del grado en el que se encuentre la enfermedad, pero existe una lista de alimentos especialmente recomendados por su suavidad. ¡Te la dejamos aquí!
- Gelatinas
- Sorbetes
- Líquidos espesos
- Mantequillas
- Cualquier alimento triturado y mezclado con espesante químico
- Huevos
- Yogures
- Verduras en puré
- Carne y pescados melosos
Todos estos alimentos están permitidos en diferentes texturas y estas son: textura néctar, textura miel y textura pudding. La primera de todas es la más líquida y el resto se van espesando según se lo puedan permitir los pacientes.
Tratamiento de la disfagia en la tercera edad
Lo más recomendable son los métodos no invasivos; sin embargo, en los casos más extremos se necesita de una cirugía para mejorar la situación. En Servita te proponemos algunos métodos no invasivos para paliar la disfagia en ancianos:
- Terapia de deglución
- Alimentación a través de sonda
- Comer con la espalda recta y con la cabeza inclinada hacia delante
- Partir la comida en trozos muy pequeños
- Comer en un lugar tranquilo sin ruidos
- No tener prisa
- Comprobar que se ha comido todo antes de volver a darle de comer
- Tragar en varias ocasiones hasta que se deje de notar la comida pasar por el esófago
- Medicación en jarabe, sobres o efervescentes; en caso de no ser posible, machacar las pastillas
En los casos más leves de la disfagia esofágica, también se utiliza el botox y la dilatación en caso de que haya que ensanchar el esófago. Pese a esto, lo más importante es que se consulte siempre con un especialista.
Ejercicios para la disfagia en ancianos
No siempre es fácil saber lo que el anciano necesita, no solo por falta de comunicación, sino porque a veces ni ellos mismos lo saben. Lo que sí sabemos es que vas a necesitar ayuda y, por eso, te vamos a proponer algunos ejercicios que ayudarán al control de la disfagia en ancianos.
- Con la lengua sacada, posar una cuchara y hacer que el anciano empuje hacia arriba. Es una manera de provocar el reflejo de deglución y practicarlo sin el riesgo de atragantamiento.
- Siguiendo con la lengua fuera colocar una cuchara debajo de la misma y hacer fuerza contra ella. El cuidador debe, al mismo tiempo, hacer un poco de fuerza en sentido contrario.
- Colocar una cuchara en la punta de la lengua y empujar hacia fuera.
- Tragar mínimo dos veces más por cada cucharada.
- Pasar la lengua por los dientes con movimientos circulares.
- Tragar colocando la barbilla hacia el pecho.
Si tienes dudas o necesitas ayuda, en Servita tenemos cientos de especialistas que podrán ayudarte en cualquier momento. ¡No lo dudes y haz lo mejor para tus familiares!
