Disponer de indicadores de salud dentro de los rangos normales usualmente indica que la salud de una persona está en buen estado. Esta vigilancia es especialmente importante en el caso de la atención a ancianos.
La vigilancia de las constantes vitales a la hora de atender a un anciano es especialmente importante. Es una de las misiones fundamentales de la persona que los esté cuidando. Además de una responsabilidad de los servicios médicos.
Conocer los rangos normales de estos indicadores es esencial para detectar posibles problemas de salud de manera oportuna, asegurando que se reciba la atención médica necesaria.
En el ámbito del cuidado de ancianos, es fundamental contar con servicios especializados que garanticen la atención adecuada y constante. Este tipo de personal se encarga de vigilar la salud del mayor y hacer seguimiento de sus constantes vitales.
Tanto el servicio de cuidadora interna como el Servicio Ayuda a Domicilio juegan un papel fundamental. Ellos se encargan de la monitorización y control de los signos vitales de los mayores.
Los rangos normales de las constantes vitales del mayor
Si las cifras de las constantes vitales no se encuentran dentro de los rangos establecidos como normales para una persona mayor, podría indicar un problema de salud.
Vamos a explorar esos rangos normales para la salud y qué puede significar que algunos de esos signos vitales no se encuentren en los valores recomendados.
Controlar la frecuencia respiratoria
Se considera normal si está entre 12 y 20 respiraciones por minuto.
Por debajo del rango normal puede ser signo de una función respiratoria alterada. Esto estará afectando a la oxigenación del cuerpo. El cansancio será algo habitual en esa persona y puede ser signo de algún tipo de insuficiencia respiratoria que debe tratarse rápidamente.
En cambio un rango de respiraciones mayor al recomendable puede indicar una dificultad respiratoria causada por afecciones como infecciones pulmonares, enfermedades cardíacas o asma.
Rangos normales de saturación de oxígeno
El nivel de oxígeno en la sangre debe situarse entre un 95% y un 100%.
Por debajo del rango normal: indica una posible hipoxia. Es decir, niveles insuficientes de oxígeno en la sangre, lo que puede afectar a todos los órganos del cuerpo, especialmente al cerebro y al corazón.
Una saturación de oxígeno especialmente baja puede significar un problema corporal grave como podría ser una hipertensión pulmonar.
También hay que tener en cuenta que la altura del corazón también influye en esta saturación. Está comprobado que a más altura de la persona más alto está el corazón y eso implica una menor concentración de oxígeno y menos resistencia.
En personas de gran altura puede producirse una descompensación cardíaca que llevaría a arritmias.
La frecuencia cardíaca recomendable
Es adecuado que se mantenga entre 60 y 100 latidos por minuto.
Por debajo del rango normal se llama bradicardia. Podría ser síntoma de un problema en el sistema eléctrico del corazón, afectando el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
Por lo general la persona que tuviera este problema notaría fatiga y debilidad. Lo que ocurre es que hay una incapacidad del corazón para bombear sangre eficientemente.
En cambio estar por encima es lo que se conoce como taquicardia y puede derivar en una disminución de la eficiencia del corazón para bombear sangre. Esto implica que no hay aporte suficiente de oxígeno al cuerpo, además de incrementar el desgaste del corazón.
Vigila la presión arterial
Los valores de presión arterial sistólica deben encontrarse entre 110 y 140 mm de Hg. Los de presión diastólica entre 70 y 90 mm de Hg.
Unos datos mayores de manera habitual (hipotensión) puede causar mareos, desmayos y un mayor riesgo de caídas. Además afecta al flujo sanguíneo adecuado hacia los órganos vitales lo que implica que se desgastan y debilitan más rápidamente.
Por encima del rango normal (hipertensión) aumenta el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares como infartos del miocardio o accidentes cerebrovasculares.
También provocará daños a largo plazo en órganos vitales, especialmente en el corazón o los riñones.
En los mayores también es más frecuente la aparición de la llamada hipotensión ortostática o hipotensión postural. Es una presión arterial baja que se produce al ponerse de pie después de estar sentado o acostado.
Ocurre en todo tipo de personas de cualquier edad en mayor o menor frecuencia. Pero en los mayores puede ser más peligroso. Causa mareos, desmayos y aturdimiento.
Cuando un mayor va a levantarse de golpe es especialmente importante que el cuidador esté cerca y atento por si se produce esta situación.
Atentos a la temperatura corporal
La temperatura corporal normal debe oscilar entre 35,8 y 37 grados Celsius.
Estar por debajo de esas cifras se considera hipotermia. Puede ser como consecuencia de una prolongada exposición al frío o alteraciones metabólicas. También podría ser un signo de una mala circulación de la sangre.
Si esto ocurre aumenta el riesgo de infecciones debido a la disminución de la eficiencia del sistema inmune.
En caso de superar los 37 grados se considera hipertermia que es lo que se conoce como fiebre.
Las causas son varias, puede ser indicativo de una infección o de una situación inflamatoria, y requiere evaluación médica para determinar el motivo que lo provoca.
Importante vigilar y reaccionar
Cada uno de estos desvíos de los valores normales requiere atención médica para determinar la causa y el tratamiento adecuado.
La vigilancia y el control de las constantes vitales en los ancianos es uno de las primeras medidas para garantizar su bienestar.
Monitorizar regularmente ayuda a detectar a tiempo cualquier desviación que pueda señalar un problema de salud.
La persona que se encargue de su cuidado debe vigilar de manera habitual jugando un papel fundamental. Una detección temprana de cualquier problema permitirá la intervención médica que se necesita con rapidez.
Como has podido ver cualquier variación en los signos vitales del mayor no sólo es signo de que existe un problema de salud mayor. También podría acarrear una caída por mareo, un cansancio mayor o un deterioro general que mermaría su calidad de vida.
Por eso es importante que en un hogar con un mayor tengamos disponibles todos los elementos de medición necesarios. Esto incluye un termómetro, un medidor de la tensión arterial o un pulsioxímetro o oxímetro de pulso con el que podremos medir la saturación de oxígeno.
