La confianza en la cuidadora interna de tus personas mayores, niños, enfermos, o de tus seres queridos en general, conforma un aspecto fundamental en la relación que fácilmente se convierte en personal, además de laboral.
Generalmente, cuando decidimos disponer de una persona ajena a la familia que se encargue del cuidado de nuestros familiares es porque verdaderamente lo necesitamos y porque la situación de estos podríamos considerarla de vulnerabilidad. Y es comprensible que deba haber confianza con ella, para así poder sentirnos más tranquilos.
Regular a la cuidadora: Algo que no puede faltar
El primer aspecto que debemos contemplar al contar con una persona que cuide de los nuestros es regularla. Y bien decimos contemplar, pero ni siquiera deberíamos plantearnos el no regular a nuestra empleada.
Las razones por las que regular a una empleada que va a realizar un servicio de cuidado de ancianos, sea empleada del hogar o cuidadora, no deberían pasar solo por cumplir la legalidad vigente y evitarnos una buena multa, sino verdaderamente por razones de seguridad y de solidaridad con la persona a la que estamos contratando.
Recuerda que al contratar a tu empleada, ambas partes cuentan con un aval. Si no contratas a tu empleada y no le proporcionas unas buenas condiciones laborales, es posible que cualquier día tu cuidadora no aparezca por casa, que falte al trabajo o que surjan incidentes con esa persona que no puedas resolver de manera legal por falta de ese papel que la regule.
¿Cómo sé que estoy escogiendo a la cuidadora correcta?
A la hora de crear un clima de confianza con tu cuidadora, no solo es importante tener los papeles en regla, sino también escogerla bien. Para ello, es importante tener en cuenta no solo que la cuidadora a la que contratemos tenga las habilidades que buscamos y que necesita para desarrollar el trabajo, sino que su personalidad y su manera de afrontar la vida se ajusta también a lo que necesitamos y a lo que nuestros mayores o niños necesitan.
En este sentido, debemos considerar que en este tipo ocasiones en las que una persona cuida de otra, tiende a establecerse una relación personal, por lo que no debemos de dejar a un lado este tipo de aspectos. Es fundamental también conocer referencias en trabajos anteriores, para desde el principio, crear una relación con una base sólida, sin desconfianza.
Pero, tras ser conscientes de estos puntos, las familias se encuentran frente a un dilema: ¿Cómo saber que una persona es de confianza y posee las cualidades y actitud que nosotros buscamos antes de contratarla?
Aquí es donde entramos en juego nosotros, en Servita, Cuidado de Mayores a Domicilio nos encargamos personalmente de hacer una minuciosa selección entre nuestras cuidadoras para así encontrar la que mejor se adapte a las necesidades que tiene que cubrir. No te lo pienses más, llama ya y solicita tu presupuesto gratis y sin ningún compromiso, comprueba lo fácil que es contar con tu cuidadora de confianza con nosotros.