Servita » Cuidadores » Cómo actuar frente a la caída de una persona mayor
Crecer, aunque algunos no lo compartan, siempre es algo bueno y la tercera edad es una de las mejores épocas de la vida, por algo la llaman la era dorada. Pero para que esta etapa se viva al 100% es necesario que nuestros mayores se sientan queridos, cuidados y acompañados ya que es una época en la que también empiezan a vivir faltas de seres queridos, amigos e incluso familiares.
Por ello, como decíamos es importante crear alrededor de ellos circunstancias y momentos que nutran su calidad de vida y tratar de afrontar junto a ellos, los problemas que la vida, como vida pueda traer.
Entre los problemas más recurrentes que pueden sufrir las personas mayores, encontramos las caídas, un riesgo muy habitual en su vida diaria y aunque aparentemente insignificante muchas veces puede ser hasta peligroso por falta de un servicio de Ayuda a Domicilio.
Lo primero de todo es mencionar que este tipo de riesgos es muy común entre las personas mayores. En muchas ocasiones no son más que pequeños traspiés sin importancia, pero en otras es posible que supongan daños severos. Por esta razón, esta semana en el blog de Servita queremos darte ciertos tips e información privilegiada para saber cómo actuar si se presenta el caso.
Numerosos estudios han demostrado que este riesgo suele ser más que frecuente repetitivo, es decir que es un problema que suele ser recurrente para los ancianos y no un caso aislado, así que si es vuestro caso ándate con ojo y presta atención al resto del artículo.
Uno de los principales y más extendidos errores frente a estos accidentes, es pasarlos por alto. No darles la importancia necesaria y quitarles hierro puede ser en muchos casos el principal factor de riesgo. Mejor prevenir que curar:
Ante todo es necesario que seas quien mantenga la calma. Primero porque actuarás mejor, más calmado y pensarás de forma más coherente. Y segundo porque transmitirás esa calma a la persona que se ha caído, no le exaltarás ni pondrás nervioso por algo que en esos momentos no se sabe que nivel de gravedad puede o no puede tener.
Comienza por realizar una valoración de la caída. Comprueba el nivel de consciencia de la persona, y asegurate de que no se presenten sangrados importantes o contusiones con mal aspecto que puedan esconder alguna extremidad fracturada. Si el anciano se encuentra consciente, es bueno que trates de hablar con él, que te asegures de que no se encuentra desorientado o mareado.
En caso de que todos estos primeros reconocimientos sean favorables, trata de ayudarle a ponerse en pie. Una de las mejores opciones es el siguiente “ritual”. Coloca a la persona boca abajo y trata de que apoye tanto las rodillas como los codos en el suelo estableciendo así cuatro puntos de apoyo sobre los que sostenerse. A partir de ahí, ayúdale a incorporarse despacio y por tramos, elevando primero la cabeza y el tronco hasta quedar de rodillas y después apoyándose en tí para tratar de ponerle completamente de pie.
Una vez pasado el susto más grande, siéntalo en un lugar fresco y cómodo en el que pueda beber algo de agua y puedas realizar un segundo examen de reconocimiento ahora más exhaustivo y calmado. No obvies la opción de acudir a un médico que le pueda examinar tras lo sucedido, para eliminar de forma segura todas las preocupaciones.
¿Pero y si no pasa el primer examen de reconocimiento? En este caso, no sería conveniente levantar al anciano, es mejor que acudas directamente a los servicios de emergencia y que ellos se encarguen como expertos de asistirle. En Servita contamos también con un servicio de Asistencia Hospitalaria en el que ayudamos a las familias que tienen dificultades para poder acompañar a sus mayores cuando se encuentran hospitalizados.
Es cierto que no somos videntes y que los accidentes llegan cuando llegan. Pero no quiere decir que podamos tratar de evitarlos. Para ello te traemos una selección de causas que suelen incrementar el riesgo de este tipo de accidentes.
Es importante, como véis que tanto familiares como cuidadores tengan muy en cuenta la posibilidad de las caídas entre los riesgos diarios de una persona mayor. No podemos reducir al 100% la causalidad o ver el futuro para adelantarnos a ellas, pero sí tratar de minimizar su frecuencia poniendo más foco en los factores extrínsecos.
Además, es conveniente que si la persona ya ha sufrido varias caídas previas no salga a la calle sin ir acompañado. Gracias a nuestro servicio de ayuda a Domicilio, en Servita ayudamos a nuestros mayores a realizar estos paseos y tareas diarias de una manera más sencilla y segura. para que tanto ellos como vosotros estéis más tranquilos y viváis una vida mucho más plena y feliz.
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