Según nuestros seres queridos envejecen comienzan a surgir las dificultades para realizar sus tareas cotidianas. Pero ¿Cuándo necesita ayuda doméstica una persona mayor? ¿Cuáles son las señales que indican que puede ser necesaria una ayuda diaria a personas mayores?
Vamos a abordar hoy las señales que nos muestran que nuestro familiar necesita algo de ayuda. En estos casos habrá que recurrir a alguna de las empresas de cuidado de personas mayores. También se puede solicitar ayuda al Servicio SAD de Ayuda a Domicilio de la Comunidad de Madrid.
El objetivo es claro: mantener su calidad de vida y proporcionar el apoyo necesario con un asistente personal interno. Con esto conseguiremos compensar la pérdida de su autonomía personal.
En otros casos el problema puede ser que la persona sienta miedo a vivir sóla. Si ellos mismos detectan dificultades, puede aparecer el temor a que ocurra algo y ellos se encuentren solos. Si esto ocurre un servicio de teleasistencia puede darles una gran tranquilidad y seguridad en sí mismos.
¿Cuándo necesita ayuda doméstica una persona mayor?
Aunque hay señales que nos indican esta necesidad, no siempre son tan evidentes como solemos pensar. Y aunque hay señales que nos indican esta necesidad no siempre son tan evidentes como solemos pensar.
Por lo general comenzamos a detectar pequeños indicadores a los que no se dará importancia al principio.
Puede ser un mayor descuido en las tareas domésticas, una casa menos limpia, comidas menos elaboradas u olvidarse de ciertas citas importantes.
Si se observa que las labores que antes realizaban con facilidad ahora les resultan complicadas o ya nos las hacen pueden ser una señal clara.
Señales de alerta en la autonomía personal
La pérdida gradual de la autonomía personal es la señal de que una persona mayor puede estar convirtiéndose en una persona mayor dependiente.
Es fundamental preguntar y observar si encuentran dificultades para realizar sus actividades básicas diarias.
No hay que olvidar que muchos de los mayores que tienen dificultades básicas en la vida diaria no lo van a contar abiertamente.
Hay una resistencia a asumir las dificultades propias. De ahí que preguntarles sea necesario pero no suficiente. Es imprescindible estar atentos a otro tipo de señales.
Los grados de dependencia y cómo afectan a la vida diaria
La dependencia no es un concepto absoluto. Es más bien un proceso gradual que se va acentuando con el tiempo. De ahí que en los sistemas públicos se reconozcan distintos grados de dependencia.
Dependiendo del grado de dependencia, puede ser necesaria una ayuda puntual para algunas tareas o momentos del día, o un cuidado más continuo. De lo que se trata es de garantizar y ayudar en las actividades básicas para que tengan un cuidado personal adecuado.
Por ejemplo, una persona con un nivel de dependencia leve podría beneficiarse de un servicio de ayuda a domicilio. Sería una ayuda sencilla para realizar tareas como hacer la compra o limpiar la casa.
En cambio, una persona con un mayor nivel de dependencia puede necesitar cuidados en el entorno familiar. Y en los casos más agudos será preciso contar con la ayuda de un cuidador que asistan durante las 24 horas para garantizar su bienestar físico y emocional.
Dificultades para mantener la higiene y el cuidado personal
Otra de las señales más claras de que una persona mayor necesita asistencia es que comienza a descuidar su cuidado personal.
Las personas dependientes no pueden realizar tareas domésticas por sí mismas. Y el aseo diario es una actividad básica que antes sufre esta limitación.
Suele ir asociado con una pérdida de la confianza y cierta limitación en sus relaciones sociales. Y por supuesto también podría afectar a su salud.
Una higiene deficiente hace que la persona se aísle y reduzca su contacto con otros por su falta de seguridad o el miedo a ser rechazado.
Pero además una mala higiene personal puede influir en la aparición de enfermedades nuevas o agudizar las enfermedades crónicas de las que ya esté afectada.
Señales físicas y problemas de movilidad
El envejecimiento va unido a la aparición de problemas de movilidad. Esto impacta gravemente en la capacidad de la persona para moverse con facilidad.
Aunque esta dificultad se puede detectar en el hogar suele ser más evidente en las actividades en el exterior. En muchos casos por la ausencia de ellas. La explicación es sencilla: si al mayor le cuesta más moverse, de manera natural limitará mucho sus salidas habituales.
Si un mayor suele salir varias veces de casa y hace distintas actividades pero poco a poco esto se reduce podemos entender que hay un problema.
Puede ser que no lo cuente abiertamente al principio. Su falta de seguridad, los dolores al moverse y otras situaciones pueden ser las causas de que ya no quiera salir tanto.
Si además se siente menos seguro y percibe que hay un riesgo de caídas, reducirá su número de salidas a la calle y sus actividades.
Aparece el deterioro cognitivo: una señal preocupante
Si hay una señal de que una persona mayor puede necesitar ayuda con sus tareas diarias es el deterioro cognitivo.
Es sin duda un signo evidente e inequívoco que además suele ser bastante alarmante. Cuando esto ocurre, tanto el afectado como sus familiares pueden sentirse alarmados, lo cual es comprensible.
Si una persona mayor comienza a mostrar signos de confusión, pérdida de memoria o dificultad para tomar decisiones, es fundamental actuar cuanto antes.
El deterioro cognitivo puede impedir que las personas mayores gestionen sus propias necesidades. El peligro es más que evidente porque la persona afectada puede olvidar tomar los medicamentos que necesita o no recordar dónde ha puesto cosas importantes.
Imagina los peligros de olvidarse de que ha puesto la comida en el fuego. O de no acordarse de dónde ha guardado su dinero o sus tarjetas de crédito y perder las llaves de casa con facilidad.
En estos casos los cuidados en el entorno familiar pueden ser una ayuda. Pero seguramente haga falta un servicio de atención especializado más constante.
¿Qué podemos hacer cuando se detectan estas señales?
Ahora qué tenemos más claras las señales que nos demuestran que una persona mayor necesita ayuda toca aprender lo que debemos hacer en estos casos.
Lo primero que hay que saber es que en estos casos hay prestaciones disponibles y ayuda económica para atender a una persona mayor dependiente.
Cada Comunidad Autónoma tiene sus propios programas de ayuda. Por eso lo adecuado es acudir a los Servicios Sociales municipales para consultarlo y conocer todas las prestaciones económicas.
En muchos casos además de estas ayudas económicas se puede solicitar un servicio de teleasistencia. También suele haber programas que implica hacer adaptaciones en el hogar para facilitar su movilidad o ayudas en el transporte.
El tipo de ayudas suele ir acorde a su grado de dependencia.
Solicitar ayuda diaria a personas mayores
Decidir cuándo solicitar ayuda diaria a personas mayores es una cuestión que requiere sensibilidad y estar atentos a las señales que lo pueden indicar.
En muchos casos la persona tendrá confianza para comunicarlo rápidamente al entorno familiar. Pero otros mayores son más reservados y les costará aceptar sus limitaciones. Por lo que es imprescindible estar atentos a cualquier indicación.
Además, es imprescindible tener una sensibilidad especial con ellos. Si ellos no tienen confianza para contarlo hay que entenderles. A nadie le gusta aceptar el paso del tiempo y la pérdida de libertad y autonomía.
Hay que comprenderlo y darle la confianza y apoyo emocional adecuados para que se sienta libre de contar cualquier dificultad que detecte.
Sólo así podemos tener la comunicación necesaria con ellos. Con su ayuda será más fácil detectar exactamente sus necesidades y su grado de dependencia.