El manejo del dolor crónico en las personas mayores puede suponer todo un reto para las familias. Y por supuesto es un elemento esencial para que el mayor pueda disfrutar plenamente de su vida. El envejecimiento va unido a una mayor presencia de condiciones dolorosas de distinto tipo.
Los dolores crónicos en personas mayores pueden manifestarse de distintas formas. En la mayoría de los casos suelen estar vinculados a enfermedades como la artritis o la osteoporosis, que afectan las articulaciones y la densidad ósea, respectivamente.
El dolor afecta la calidad de vida, limitando la movilidad, la autonomía y el bienestar general del mayor afectado.
Entre los problemas más habituales se encuentran las úlceras en la piel en personas mayores. Son muy incómodas y pueden causar infecciones graves si no se tratan adecuadamente.
El objetivo es aliviar el dolor de huesos en ancianos, particularmente en casos de artritis o enfermedades reumáticas.
También hay que tomar medidas para solucionar enfermedades que pueden provocar dolores como los del herpes zoster o dolores relacionados con la osteoporosis en mayores.
Con un enfoque adecuado para el tratamiento del dolor crónico se puede conseguir un relativo bienestar del paciente anciano.
Causas del dolor crónico en personas mayores
El dolor crónico en ancianos tiene diversas causas.
Podemos encontrar desde problemas musculoesqueléticos hasta condiciones neurológicas o incluso ciertos factores psicológicos.
Otras causas del dolor en ancianos suelen ser:
- Osteoporosis. Con la edad la pérdida de densidad ósea aumenta la fragilidad de los huesos. Esto genera dolor constante, especialmente en la columna y las articulaciones.
- Artritis. Es una de las principales razones por las que las personas mayores sufren dolor. Afecta principalmente a las articulaciones.
- Herpes zóster. Es una infección de tipo viral que puede provocar un dolor intenso. Afecta al sistema nervioso y puede persistir durante varios meses.
- Enfermedades cardiovasculares. Son otras de las causas habituales. Estas afecciones pueden causar dolor en el pecho, la espalda o las extremidades debido a la disminución del flujo sanguíneo.
- Úlceras en la piel en personas mayores. Suelen estar generadas por presión prolongada o mala circulación. Estas lesiones pueden ser extremadamente dolorosas.
La prevalencia del dolor aumenta con la edad. Afecta principalmente a personas mayores de 65 años.
El manejo del dolor crónico en estas personas es imprescindible para evitar que vaya en aumento el deterioro en su salud física y emocional.
Tipos de dolor crónico en personas mayores
Existen diferentes tipos de dolor crónico que afectan a las personas mayores. Cada uno de ellos requiere un enfoque específico para afrontarlo.
- Dolor musculoesquelético. Normalmente asociado a problemas como artritis, osteoporosis y fracturas.
- Dolor neuropático. Se produce por daños en los nervios, como ocurre en el herpes zóster o la diabetes.
- Dolor visceral. Este tipo de molestia está relacionado con órganos internos. Es habitual en ciertas enfermedades cardiovasculares.
- Dolor psicológico. Como por ejemplo el estrés, la ansiedad y la depresión. Estas enfermedades pueden intensificar la percepción del dolor.
Comprender la intensidad del dolor y su origen es fundamental para desarrollar un tratamiento eficaz que se ajuste a las necesidades del mayor.
Opciones de tratamiento del dolor crónico en mayores
El tratamiento del dolor crónico debe ser personalizado siempre en cada caso. Y debe ser personal médico especializado quien se encargue de pautar la manera de afrontarlo.
Se trata de equilibrar la eficacia pero reducir lo máximo posible los efectos secundarios.
Algunas de las opciones de tratamiento más habituales son:
Los tratamientos farmacológicos
El uso de tratamientos farmacológicos es una de las formas más frecuentes de abordar el dolor en mayores.
Aquí encontramos analgésicos, los medicamentos antiinflamatorios y, en casos más severos, opioides. La mayoría de estas medicinas deben ir con receta médica.
Es esencial que un médico supervise el tratamiento ya que podrían presentarse algunos efectos secundarios como somnolencia, náuseas o generar dependencia.
Las terapias físicas
La fisioterapia y la actividad física moderada pueden ser una buena ayuda y complemento a la medicación.
En ciertas enfermedades como la artritis son fundamentales para reducir el dolor y mejorar la movilidad.
Siempre con ejercicios adaptados a la edad. Esto ayuda a fortalecer los músculos, y aliviar la presión que se produce sobre las articulaciones.
La terapia cognitivo conductual
La terapia cognitivo conductual es una herramienta interesante para ayudar a los mayores a reducir y controlar el dolor emocional y físico.
Esta técnica enseña estrategias para afrontar el dolor de manera positiva.
Otros enfoques alternativos
Métodos como la acupuntura, la meditación y el yoga también pueden complementar el tratamiento del dolor crónico.
Aunque no se pueden considerar tratamientos médicos como tal, sí pueden ayudar a aliviar la tensión y mejorar el bienestar general.
Consejos prácticos para aliviar el dolor crónico en mayores
Veamos ahora una sencilla estrategia a la hora de aliviar el dolor crónico en los mayores.
- Identifica la causa del dolor. Consulta con un médico para determinar la raíz del problema. Un especialista es el encargado de establecer un plan de tratamiento.
- Establece una rutina de ejercicios. Con actividades suaves como caminar, nadar o sesiones de yoga. Estas prácticas suaves pueden mejorar la circulación y aliviar el dolor.
- Cuida la salud mental. El deterioro cognitivo y la depresión pueden amplificar la percepción del dolor. Un adecuado apoyo emocional y ayuda profesional puede ser muy necesario.
- Adapta el entorno. Hay que intentar facilitar la movilidad. Esto reducirá el riesgo de lesiones con cambios simples, como instalar pasamanos o utilizar calzado adecuado.
El papel del manejo del dolor crónico en la calidad de vida
El manejo del dolor crónico además de reducir el dolor, mejora la calidad de vida de las personas mayores. Ayuda a que, aunque el dolor no desaparezca del todo, sí se minimice su efecto.
En la mayoría de los casos no se consigue acabar con él pero si se consigue que no sea una preocupación constante para el mayor.
El papel de las familias es importante en estos casos. Los familiares deben estar atentos a las señales de intensidad del dolor y trabajar junto con los profesionales de la salud para implementar un tratamiento eficaz.
El objetivo es garantizar que los mayores puedan disfrutar de una vida activa y plena, a pesar de las limitaciones físicas que puedan experimentar.
Los dolores crónicos en personas mayores son una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo, especialmente aquellas mayores de 65 años.