¿Qué consecuencias tiene el aislamiento social en personas mayores?

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El aislamiento social en personas mayores es un problema cada día más habitual que afecta profundamente su salud física y mental. Además, empeora su calidad de vida y tiene un gran impacto en la sociedad.

Es importante identificar cómo afecta la soledad a los mayores y tener en cuenta tanto sus repercusiones emocionales como los efectos en su bienestar general.

La falta de relaciones sociales y el alejamiento del entorno familiar o comunitario pueden derivar en graves problemas de salud. Es habitual que se produzca un deterioro cognitivo e incluso la aparición de otras enfermedades crónicas.

Si bien en algunos casos los mayores parecen adaptarse a estar solos, hay señales que indican que necesita compañía y que no deben ignorarse.

En la mayoría de los casos, la primera señal de alarma es un cambio en su estado de ánimo. También es habitual que se perciba una falta de interés en actividades que antes les hacían disfrutar.

Cuando la soledad ya parece inevitable, es el momento de contar con una empresa de cuidado de personas mayores a domicilio.

Este tipo de empresas no solo brindan asistencia física y apoyo en sus tareas cotidianas, sino también apoyo emocional para combatir la soledad en personas mayores.

¿Qué es el aislamiento social en mayores?

Por aislamiento social en mayores nos referimos a la ausencia o reducción de interacciones con otras personas. Obviamente, hablamos de relaciones estrechas, ya sean familiares, amigos o miembros de asociaciones en las que pueda participar.

Es decir, que no solo implica estar físicamente solo, sino también experimentar sentimientos de soledad y desconexión emocional.

Aunque el aislamiento social y la soledad están relacionados, no son lo mismo. Una persona puede estar sola pero no sentirse aislada, mientras que otra puede experimentar soledad y aislamiento incluso estando rodeada de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado sobre las consecuencias del aislamiento social en adultos mayores.

Este organismo ha destacado que la falta de interacción puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves y reducir la esperanza de vida.

Por ello, es importante entender las causas que lo provocan y trabajar activamente para prevenirlo.

Factores de riesgo del aislamiento social en personas mayores

Existen múltiples factores de riesgo que pueden llevar al aislamiento social.

Conocerlos y entender cada uno de ellos es el primer paso para poder ponerle freno.

  • Problemas de movilidad. Si hay dificultades para desplazarse, se limitan las oportunidades de socializar.
  • Pérdida de seres queridos. Si fallece un amigo o un familiar, suelen aumentar los sentimientos de soledad. Al menos temporalmente durante la fase del duelo. Sin embargo, en ocasiones esa sensación se vuelve permanente.
  • Enfermedades crónicas. Enfermedades como la artritis, la diabetes o problemas cardiovasculares dificultan la participación en actividades sociales. Reducen mucho su movilidad y esto hace que su grado de libertad disminuya.
  • Deterioro cognitivo. La demencia y otras enfermedades neurodegenerativas pueden reducir y mucho la capacidad de interactuar.
  • Falta de acceso a tecnología. En el mundo actual, las interacciones a través de canales digitales son muy habituales. Pero para muchos mayores, eso es una limitación más que una ayuda. La mayoría no saben utilizar herramientas para mantenerse conectados.

Consecuencias del aislamiento social en adultos mayores

El aislamiento social en mayores no es un problema menor. Más bien al contrario, suele ser el inicio de problemas mucho mayores y de mayor gravedad.

No solo emocionales, sino también con consecuencias directas y evidentes en su salud física y mental.

Entre las principales consecuencias del aislamiento social en adultos mayores podemos destacar:

Deterioro de la salud física

El aislamiento lleva a un estilo de vida sedentario. Esto implica la falta de activación física y que aumente el riesgo de enfermedades crónicas como hipertensión, obesidad o diabetes.

Además, los mayores que no tienen un círculo social activo tienden a acudir menos a revisiones médicas. Por lo general, es habitual que sean más descuidados con la vigilancia de su salud y su higiene.

Esto agrava cualquier problema de salud que exista.

Impacto en la salud mental

El aislamiento social y la soledad están estrechamente vinculados con la aparición de enfermedades como la depresión y la ansiedad. En general, se produce una pérdida de autoestima que es incompatible con un estado mental adecuado.

La ausencia de apoyo emocional puede desencadenar sentimientos de desesperanza y aislamiento emocional.

Deterioro cognitivo progresivo

La falta de relaciones sociales y de estimulación mental acelera el deterioro cognitivo. También aumenta las probabilidades de desarrollar enfermedades como el Alzheimer o la demencia.

Tener una vida social activa es clave para mantener la mente en forma y disfrutar de un estilo de vida saludable.

Disminución de la esperanza de vida

Diversos estudios han demostrado que el aislamiento social en mayores puede aumentar el riesgo de una mortalidad prematura.

Puede influir incluso en mayor medida que factores tan graves como el tabaquismo o la obesidad. Esto convierte al aislamiento en un problema de salud pública de primer orden, con una incidencia cada vez mayor en la población.

Por eso mismo, se hace imprescindible abordar el problema con urgencia.

Deterioro de la calidad de vida

El aislamiento afecta directamente a su calidad de vida. Les priva de momentos agradables que les motiven a mirar al futuro con optimismo.

Es una situación nefasta que puede llevar a una falta de motivación permanente hacia casi cualquier actividad o cuidado personal.

Señales que indican que una persona mayor necesita compañía

Identificar las señales que indican que necesita compañía es fundamental para actuar a tiempo y tomar medidas.

Algunas de las señales más habituales son:

  • Pasan más tiempo en casa sin querer salir, aunque nada se lo impida.
  • Han perdido el interés en actividades sociales o hobbies.
  • Se producen cambios en el apetito o en los patrones de sueño.
  • Se percibe una falta de higiene personal o desorden en el hogar.
  • Se detectan actitudes pesimistas o expresiones frecuentes de tristeza.

Si se identifica alguna de estas señales, es hora de intervenir cuanto antes y buscar soluciones para evitar que la soledad afecte negativamente a su salud.

Formas de combatir el aislamiento social

Combatir el aislamiento social requiere un enfoque integral que incluya medidas prácticas de distinto tipo. Se trata de fomentar las relaciones sociales y combinarlas con la activación física desde distintos enfoques.

Aquí te dejamos algunas estrategias:

Fomentar la conexión con la familia

El entorno social más cercano del mayor siempre es su familia. Por eso, su papel es fundamental para evitar el aislamiento. Es interesante intentar organizar visitas regulares o videollamadas si la distancia es un obstáculo.

Participar en asociaciones o actividades comunitarias

En cualquier ciudad existen distintas actividades municipales, asociaciones o talleres que pueden ayudar a reducir esa sensación de aislamiento social.

Involucrar a los mayores en estos grupos sociales les ayuda a sentirse conectados. Fortalecen su salud y el bienestar emocional.

Contratar un servicio de cuidado a domicilio

Tanto para reducir su sensación de aislamiento como para que disfruten de un mejor cuidado, es adecuado contar con profesionales.

En este sentido, contratar a una empresa especializada en cuidados será una enorme ayuda. Sobre todo si se detectan signos de soledad y el aislamiento para actuar en consecuencia.

Incorporar la tecnología

Enseñar a los mayores a usar dispositivos como teléfonos inteligentes o tablets puede facilitar la comunicación con familiares y amigos.

Además de otras muchas soluciones tecnológicas más avanzadas que han surgido en los últimos años. Sobre todo en el caso de que haya una distancia física y lejanía con sus familiares y amigos esto puede ser una herramienta fundamental.

Fomentar la actividad física

La actividad física mejora la salud, pero a la vez promueve la interacción social. Esto se puede dar participando en actividades de grupo como yoga o pequeñas rutas al aire libre.

Si además se puede dar un contacto con la naturaleza el estado de ánimo en general, se potenciará enormemente.

Acabar con el aislamiento social de los mayores: una labor colectiva

El aislamiento social en personas mayores es un problema serio que afecta su salud y bienestar.  Pero su incidencia se extiende a toda la sociedad. Además de aumentar el gasto sanitario impide que la sociedad se beneficie de la sabiduría de nuestros mayores.

Abordar la soledad y el aislamiento no solo beneficia a los ancianos, sino también a la sociedad en general.

Una buena salud de nuestros mayores genera un entorno más inclusivo y consciente de las necesidades de esta población.

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